Las feromonas de la mercadotecnia

Por Ingrid Motta
Twitter: @ingridmotta

“La vida no es fácil” es seguramente un concepto creado por un mercadólogo para crear necesidades que, de muchas formas, puedan ser satisfechas.

Algo equivalente a aquello que son las feromonas en la naturaleza.

Las feromonas son sustancias que secretan los seres vivos para provocar reacciones para un comportamiento específico y son transmitidas por diferentes medios.

En efecto y de igual forma, el mercadólogo crea mensajes a manera de sustancias que viajan por medios Above the Line (ATL), Below the Line (BTL) u On-Line, para tratar de modificar el comportamientos en los consumidores y de esa forma impulsar la economía de forma constante.

En realidad necesitamos tener días especiales para festejar al maestro, a los abuelos y al amor? A lo largo de la historia, el ser humano ha transcurrido en la búsqueda de los porqués de su existencia, creando ídolos y festividades que lo anclen a algún entorno o grupo social.

Valores emocionales del consumidor

Las marcas logran fidelidad con sus consumidores en la medida que establecen vínculos emocionales que prevalezcan en el tiempo de manera constante.

Las emociones humanas y, por supuesto, los lugares comunes de todos los consumidores, representan para el mercadólogo una poderosa herramienta de persuasión.

Si bien el ofrecer productos y servicios que satisfagan necesidades racionales básicas es el día a día de la mercadotecnia. El brindar un diferencial emocional genera un valor de marca indiscutible y un diferenciador determinante ante la competencia.

La comunicación y la emoción

Los medios ATL, BTL y On-Line logran una sinergia increíble cuando de crear historias se trata. El consumidor recibe mensajes que le invocan recuerdos de situaciones emocionales y sensoriales que los han marcado positivamente y le han generado incentivos para recrearlos y, con ello, detonar una acción de compra.

Y como la mercadotecnia es la madre de los acrónimos, obvio no pudo dejar ir la oportunidad de nombrar a la forma de los efectos que produce la publicidad. Así AIDA fue concebido en 1898 por Elmo Lewis, que hoy en día sigue siendo vigente. Este método es simple y efectivo a la vez:

Atención: crear curiosidad, generar expectativa y ponernos en el mapa para que todos sepan que existe nuestro producto

Interés: captar la atención ante la curiosidad

• Deseo: crear la sensación de necesidad de tener un producto y sus beneficios

• Acción: generar la necesidad de comprar un producto

 

AIDA

Fuente: www.thecroguy.com

De pronto, como “por arte de magia” empiezan a aparecer productos que ofrecen al consumidor ilusiones, belleza, seguridad y todo lo indispensable para acercarse al ser amado de manera inolvidable o crear entornos de amor a la patria o cualquier situación que te haga tener acciones de compra.

Y de ahí, los días que no debemos dejar pasar para festejar a nuestra Mamá, Papá, al maestro o al amor. Eso sí, cuidado y olvides esas fechas porque tu relación personal con el ser amado en cuestión puede acabar en muy malos términos.

¿Y a quién le importa?

La búsqueda de motivadores internos de los consumidores es, por definición, el ser y el deber ser de los mercadólogos. Otra vez, como unas feromonas que estimulan a nuestro consumo.

La publicidad funciona como un lugar común en el que los consumidores se reflejan y expresan sus deseos inconscientes y en consecuencia participan de manera económica en la sana actividad de los mercados.

Y en contra parte a toda esta emocionalidad, las pautas de medios son planeadas con la frialdad de la racionalidad para asegurar que los mensajes estén en el lugar correcto, en el momento correcto y para el target correcto.

Te recomiendo dejarte llevar. Al final como consumidor, todos somos seres emocionales y los mercadólogos solo están haciendo uso eficiente de nuestras feromonas para brindarnos productos diferenciados a los de la competencia y creándonos entornos de acción de necesidad y compra para que la vida no sea tan difícil.

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